Hace varios meses nació en Jaén la Plataforma ¿QUÉ HAY DE LO MÍO? con el fin de conseguir que el Ayuntamiento de dicha ciudad (la mía) reconozca públicamente y se haga cargo de la enorme y vergonzosa cifra económica que adeuda frente a numerosos autónomos y empresas que trabajan en el ámbito socio-cultural local.
Que conste en acta: a mi no me deben un euro, pero como ciudadano y vecino basta que jodan a los míos para que a uno le toquen de lleno la fibra emocional.
Porque no se trata de pelear sino de exigir lo que le corresponde a cada uno por su trabajo.
Porque nuestra ciudad merece dignos gestores públicos y no usureros de tercera categoría.
Porque la Cultura es del pueblo y para el pueblo, y cuando los damnificados son del mío… ¡Ay!
Y digámoslo alto y claro a los chorizos de siempre:
basta ya de mercadear con los trabajadores de la Cultura.
MELÓN TAJÁ EN MANO 
El Gobierno de la Ciudad de México debe a mi empresa más de 1.4 millones de dólares… Creo que voy a montar una plataforma también…
Aunque esto es cierto, el que nos deban esa cantidad está dentro de lo permitible dado el volumen de capital que se maneja en la empresa, y por tanto no es comparable con la situación de un pequeño empresario de Jaén al que le debe 3000 o 6000 euros (o más) el Ayuntamiento. Es una vergüenza que se aprovechen de sus propios vecinos (si fuera, al menos, de los del pueblo de al lado, que suelen ser todos malvados) para mantener sus bolsillos llenos.
Sin embargo, Juanji, en España nos podemos dar por satisfechos con nuestro políticos locales. Ya te contaré con una cerveza en la mano (o no, porque tenemos cosas más importantes de las que platicar) cómo están los alcaldes y «concejalas» de México o Perú, Bolivia, Colombia… Puf. Eso sí que es duro, aunténticos chorizos 100%. En España estamos mal, los políticos roban (y tardan en pagar si pagan) pero casi toca rezar un «virgencita, que me quedo como estoy».
Deseo de verdad que esta plataforma logre sus objetivos y a tus colegas a los que el Ayuntamiento de Jaén les debe, les paguen de una maldita vez.
Besos desde una tarde soleada en el Zócalo del DF.
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