Después de unas semanas de retiro forzado es momento de retomar aquella lista con 24 de las mejores bandas sonoras cinematográficas jamás compuestas hasta ahora. Y no me refiero a la típica lista con las canciones más bonitas de las películas más bonitas, sino a algunas de las más redondas en cuanto a la conexión narrativa-visual-musical necesaria para alcanzar la perfecta unión entre imágenes y sonido.

Tres años después de rodar juntos la muy divertida Butch Cassidy and the Sundance Kid, Paul Newman y Robert Redford volvieron a tirar de la química que les unía frente a la cámara para protagonizar The Sting (1973), cuyos créditos de inicio venían acompañados de una tontorrona y acertada composición de Scott Joplin que todavía hoy se nos sigue metiendo entre los labios para que la silbemos con la misma pillería que caracterizaba a los protagonistas del film.