No, no me refiero a José Manuel Soto.
Hace casi cuatro años viajé con dos buenos amigos a la pequeña isla de Chipre.
Allí tuvimos tiempo suficiente para comer, beber, comer de eso, reír, comer de aquello, amar, comer por no saber decir ‘no, gracias’, ligar, comer sin ganas, extrañar, comer un poquito más, lesionarnos, comer sin hambre, enfadarnos, comer hasta reventar, recrearnos la vista, comer por comer y cómo no: hacer una y mil veces otra digestión pesada.
Ah, también sacamos un ratito para enseñar algo de español básico a las chipriotas.
seguro que terminásteis empachados de tanto comer y comer, pero seguro que lo recordais con cariño
No que me suena a mí ésto de algo.
¡Habló el autor del vídeo! ¡Al fin pasaste por acá! No dejes de hacerlo, hermano.