Con su primer álbum (Els millors professors europeus, 2008) la banda barcelonesa Manel dejaba muy claro que lo suyo iba en serio y que nadie podría convercerles para hacer otra cosa menos sincera y menos propia.

Sin duda se trataba de uno de los mejores discos primerizos que haya sacado jamás en España una banda, con el factor en contra añadido de cantar en otro idioma que no sea el castellano ni el tan musicalmente sobrevalorado inglés. Y ellos lo sabían.

Dejaron el techo bien alto y después de dos años rulando por ahí se lanzaron a escribir y a grabar por fin su segundo álbum (10 milles per veure una bona armadura), que sale a la venta este próximo martes. Dudo mucho que pueda encontrar este álbum en las estanterías de alguna gran superficie de mi ciudad, donde seguro que sí hay infinidad de discos en castellano, inglés y francés.

Sin embargo me da la espina que siendo en catalán va a estar jodida la cosa. Pero, ay tonto de mí, que no pierdo la esperanza.

Teniendo en cuenta lo tremendamente fácil que resulta encontrar cualquier disco del flamenco más puro en cualquier tienda catalana de discos -grande o pequeña-, quisiera pensar en la no menos buena fe de los dirigentes comerciales andaluces. A ver si con eso del dinero se derrumban ciertas barreras creadas a partir del mismo. No estaría mal.

Mientras espero y se me pone la cara de tonto (o se me acentúa), quiero compartir con vosotros el primer tema que sirve de adelanto al nuevo álbum y que lleva por título Aniversari: un auténtico regalo para cualquier estado de ánimo. Manel son imparables y algunos empiezan a darse cuenta de ello. Sólo puedo calificar como artistas mayúsculos a unos tipos capaces de musicar tan estupendos versos:

I agafar un pelet d’aire i amb un saltiró enganxar-te un cabell,

impulsar-me en un últim salt final

i accedir al teu dessig travessant la paret del llagrimal:

ara un peu, ara un braç, ara el tors, ara el cap.

A los que el catalán les ponga nerviosos: tranquilos, en este vídeo viene toda la traducción.

Gracias a Quirze Arenas, el catalán más guapo que ha parido la seva terra, por estar siempre ahí.