Todas las mañanas me lavo la cara, me miro en el espejo y me hago de nuevo la misma pregunta: Where’s that Joe Buck? Reconozco que me gustaría ser tan camaleónico como Dustin Hoffman, pero al acabar el día descubro que sólo soy otro Ratso Rizzo más.
Uno de los mejores inicios de la historia del cine corresponde también a una de sus películas mas valientes e inmortales. No te des el lujo de vivir otra semana sin verla, cojones.