La semana pasada algunas personas me preguntaban vía Twitter qué música escucho mientras escribo y cuál recomendaría para escribir.

Confieso que no suelo escuchar música mientras escribo, pero sí mientras reescribo. Aunque a veces también sucede al contrario, para qué negarlo. No es nada mecánico y siempre depende del momento, el entusiasmo y la presión sanguínea en la cabeza.

Siempre he creído que el silencio es la más inspiradora de las músicas, pero sucede que a veces el silencio no dice nada. Y es entonces cuando recurro a una breve lista de canciones que se amplía de vez en cuando, pero que nunca se lo pone fácil a las nuevas canciones que quieren incorporarse.

La lista es muy exigente en cuanto a sus cualidades a la hora de ofrecerme salidas, abrirme puertas y limpiarme ventanas que me dejen ver más allá del lío verbal. También depende del proyecto: cada guión me sugiere escuchar música diferente.

No puedo recomendar canciones para que otros escriban, pero sí puedo compartir aquellas que me sirven para escribir, borrar y volver a escribir. Ahora estoy escribiendo un largometraje y estas son diez de las canciones que me acompañan durante las últimas semanas.