Conmigo van más de diez conciertos, sus canciones y su brillantez sin fin. El autor e intérprete más brillante de nuestro miserable país. Conmigo llevo un par de charlas medio íntimas que tuvimos. Especialmente la de aquella tarde en Atarfe (Granada) hace más o menos diez años. Jamás hubo alguien tan libre encima de un escenario. Tampoco debajo. Hemos tenido al Krahe por encima de nuestras posibilidades y de vuestros malditos complejos. España nunca estuvo a su altura. Hoy estoy triste. Mañana también. Y pasado. Yo sin el Krahe no quiero querer. No puede ser, Javier. Tú no. Por favor.