Alicia todavía es pequeñita, pero promete ser grande. Posee una capacidad de análisis de la realidad que no tenemos los adultos. Cuando los mayores hablan, ella se calla para no demostrar que somos estúpidos. Pero Alicia, como tantas otras chicas de su edad, también es de hablar por los codos. La diferencia radica en que ella dice cosas muy interesantes. Demasiado interesantes, diría yo.
Alicia ha entendido Catalunya como no ha sabido hacerlo ningún otro amigo que haya venido antes por aquí. La nena ha sabido captar su esencia en menos de veinticuatro horas y sin saber de la misa la mitad. A Alicia le ha bastado un ratito de nada para pasar de todo. De ese todo que se dice por allí abajo y que aquí arriba se va directamente al saco de las mentiras. Demasiadas mentiras, diría yo.
Alicia disfruta de las verdades de su adolescencia mientras se sube a una silla para asomarse al otro lado del muro, echar un vistazo y volverse a bajar. Alicia se niega a cruzar el muro de la inocente adolescencia y entrar en el macabro camino de la madurez, tan lleno de esos muros que levantan los prejuicios. Demasiados prejuicios, diría yo.
Alicia es una chica lista porque, entre otras cosas, tiene interés en lo de fuera, sabe de rap, se ríe de los chavales feos de su edad y se mantiene alejada de los curas. Alicia es mucha Alicia. Pero nunca demasiada, diría yo.
Acabo de entrar en tu bloc y me he llevado una grata satisfacción y alegria al ver primero la foto tuya (pues llevo 107 días sin verte) con tu prima y mi sobrina Alicia), y luego la facilidad con que describes la interioridad de tu prima con tan poco tiempo que estuvisteis juntos. Es un placer poder ver a mi hijo, despues de tanto tiempo, en compañia de mi sobrina, pues con ese gesto han demostrado que a pesar de la lejanía, la diferencia de edad, y las pocas veces que han podido estar juntos, la sangre tira, se nota, y esto se agradece desde la distancia.
Siempre contigo. Paco López.
Que linda foto y que lindo comentario de tu prima, me he alegrado mucho veros a los dos juntos en Barcelona, un besito