Busca un lugar oscuro y sin ruidos: la tranquilidad total. Sube el volumen, abre bien los ojos y mira la pantalla con las ventanas de tu alma abiertas de par en par. Y lo más importante: ponte cursi. No, así no, un poquito más.
Ahora deja que tus labios hagan el resto.
Nuit Blanche (dirigido por Arev Manoukian, música de Samuel Bisson)