A Bob Dylan le basta y le sobra con dos carteles de una tienda de animales
para sacar a relucir una pequeña parte de su oficio y su talento.
Pura genialidad verbal.
A Bob Dylan le basta y le sobra con dos carteles de una tienda de animales
para sacar a relucir una pequeña parte de su oficio y su talento.
Pura genialidad verbal.