Nadie supo combinar jamás el humor, la tragedia, la miseria, la rabia
y la lógica del azar con la misma eficacia que Paul Thomas Anderson.
En su cine me reconozco persona, me confieso maldito, me hallo inútil.
Referente absoluto. Coherente con lo más incoherente del ser humano.
La angustia como medio de transporte y la taquicardia como trayecto.
2015 abre con su nueva película, otra vez con Phoenix dándolo todo.
Y obviamente, «me se» hace la boca agua con este pequeño adelante.
Se me ha hecho la boca agua de ver el trailer, gracias, Juanjo! La iré a ver!