Día profundamente triste para un país que carece de un documento
que garantice la integridad e inviolabilidad de los derechos civiles.
Un documento basado en el más absoluto laicismo institucional
y en el respeto al pluralismo, las diferencias, las minorías y la cultura.
Un documento construido por y para todos los ciudadanos,
no sólo por y para unos pocos privilegiados e intocables.
Un documento que atienda a las necesidades y prioridades
de todas las personas sin exclusión por raza o sexo.
Un documento que luche contra la diferencia de clases.
Un documento que fuerce el entendimiento entre la clase política
e impida el inmovilismo que siempre perjudica a los mismos.
Un documento ocupado en el presente
y orientado al futuro,
no anclado al pasado.
Un documento que defienda al trabajador frente a unos poderosos
amparados por leyes destinadas a camuflar la esclavitud.
Un documento que ensalce a los «tontos» y castigue a los «listos».
Un documento que abogue por el pensamiento crítico y científico
contra el conformismo, las creencias, supersticiones y prejuicios.
Un documento que apueste por las oportunidades y los méritos
contra el oportunismo y los tratos de favor según los apellidos.
Un documento que proteja a quienes están dispuestos a luchar
para mejorar su tierra, no a quienes pretenden sacar provecho de ella.
Un documento para un país, no para un cortijo.
Certeras palabras, primo 🙂