Hace 26 años yo era demasiado NIÑO incluso para Michael Jackson, pero de tanto suplicar conseguí que mis padres me regalasen este disco porque estaba completamente HIPNOTIZADO con la portada diseñada por Mark Ryden (todavía hoy sigue siendo una de las mejores que he visto en mi vida). Luego escuché el álbum y, evidentemente, acabé entregando mi culo y mis babas al Rey del Pop.
El caso es que llevo tres horas escuchando el disco en bucle (el original, sí, el mismo que me regalaron) mientras reescribo diálogos para nueva mierda y sólo puedo decir una cosa: SEGURO QUE HOY HABRÍA GENTE EXIGIENDO POR LA TELE QUE OS QUITASEN LA CUSTODIA, PERO GRACIAS PAPÁ Y MAMÁ POR DARLE AQUEL CAPRICHO A VUESTRO HIJO DE OCHO AÑOS.