Yo sólo le he dicho «a ver, chica, que puedes vestir como te de la gana y me encanta que no te andes con rodeos y seas así de directa, pero haz el favor de ponerte la mascarilla» y oye: MENUDA BORDE. Ni una palabra, ni una mirada, ni un gesto. Más fría que el corazón de un facha.