Viajar a Jaén significa viajar al pasado y, sin embargo, hacerte más viejo

1. Siempre hay motivos para viajar a Jaén más allá de lo puramente familiar. Y cuando hablo de familia, no me refiero sólo a la sanguínea. Me refiero sobre todo a esa familia que te ha elegido para ir envejeciendo. Personas cuya calidez humana merecen una ciudad a su altura.

2. Lo peor de Jaén no es su autocomplacencia y pasotismo. Lo peor de Jaén es su conservadurismo orgulloso y su rechazo absoluto al progreso. Su constante desprecio hacia todo aquello que implique avanzar en el tiempo y el pensamiento. El rencor como motor, oxígeno y alimento.

3. Para progresar, Jaén sólo necesita gente que ame su ciudad. Amar tu ciudad no es decir «cómo aquí no se vive en ninguna parte». Eso no es amar tu ciudad. Es engañar. Y comportarte como un imbécil. Peor aún: creer que todo el mundo es tan imbécil y orgulloso como tú. Amar a tu ciudad tampoco tiene nada que ver con prometer centros comerciales o con poner medallas a los santos y monumentos a los policías.

4. Bastan TRES herramientas para que Jaén pueda ser (en un futuro lejano) una CAPITAL de provincia y no el CORTIJO de hoy: compromiso con unos objetivos, pasión en cada movimiento e inconformismo incesante. Pilares que «casualmente» sirven para construirse a uno mismo. Y para construir lo que te rodea. Y para construir donde pisas, donde creces.
Lo terrible es comprobar que quienes han sido elegidos para decidir por Jaén carecen de las tres herramientas. De todas ellas. Incluso ignoran la existencia de las mismas.

5. Ser una ciudad muerta significa estar muerta en lo social, político y cultural. Jaén además está muerta a nivel CONCIENCIA DE SÍ MISMA. Las instituciones públicas no construyen para los ciudadanos sino para justificar números y lo privado malvive a base postureo y endogamia.

6. Confundimos la crítica con el odio, el apoyo con la palmadita en la espalda, el voto con un cheque en blanco y la política con caciquismo. Además de mutilarse y echarse tierra por encima, se hace selfies para presumir de lo contrario. La crueldad de Jaén consigo misma es TOP.

7. Se trata de tener actitud de ciudad y ganarse lo de «capital de provincia». No basta con tener el título y los funcionarios. Para ser un REFERENTE hay que imitar a los referentes, aprender de los referentes y ACTUAR como los referentes. Todo lo demás es ARROGANCIA.

8. Siempre he creído que deberíamos tratar a la ciudad como a la persona que amamos, a la que le debemos todo y con quien queremos vivir toda una vida. Pero si amar Jaén es predicar tu orgullo por haber nacido aquí, abrazar la Catedral, llorar en las procesiones y colgar fotos del Castillo y cosas así ME TENÉIS QUE PERDONAR PERO HE QUEDADO.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s