Cada un@ es como es y a mí, personalmente, lo que más llena de un evento no es la propia celebración del mismo sino todo el proceso de producción. En este caso prefiero el embarazo al parto. Es un trabajo de muuuuchos meses a la sombra metido en un despachito 12 o 14 horas diarias con las córneas en vinagre, el cerebro en remojo y el aliento a café con cosas.
Ver un porrón de películas, filtrarlas, seleccionarlas, subtitularlas al detalle con mucho mimo, pegar carteles en sitios donde te los han quitado tres veces, repartir flyers a personas que lo tiran en la papelera de enfrente para que no les veas, mandar miles de mails, pagar mil facturas y cobrar sólo cuatro, lidiar con la gente que te ignora los mails, llamadas y whatsapps, corregir a los demás intentando que no se molesten, corregirse treinta veces a uno mismo sin que se note demasiado que el cerebro falla porque no es un Apple, organizar un Jurado con el que tienes mogollón de ganas de pasar un rato, montar coloquios atractivos, buscar hoteles, imprimir movidas, desayunar negociando patrocinios y colaboraciones, discutir con tu socia y reconciliarte con tu mujer, dormir 3 horas cada noche durante un mes, andar por la calle sin estar seguro de estar despierto o dormido…
Casi todo eso me encanta, pero no hay nada que disfrute tanto como editar el teaser del Festival con la música de Barebone. Es mi momento de nirvana, conectando con lo mejor y lo peor de mis entrañas. Me paso un año entero deseando que llegue el Festival para poder hacer esto con los dientes apretados y reconciliarme al fin conmigo mismo. Este es mi reset personal y os lo quería enseñar.